2.-
Oposición de Intereses:
A medida que se integraban política y
socialmente la Colonia, se verificaba una diferenciación
específica de intereses entre los criollos americanos y
los peninsulares. Oposición que estuvo latente durante
toda la etapa colonial, que se manifestó a veces en
conflictos
armados, y que culminó con la ruptura violenta del siglo
XIX, y que se expresó en su doble aspecto económico
y político.
3.- Oposición
Económica:
Esta pugna puede decirse que se comienza cuando los
españoles se domicilian definitivamente entierra americana
y hacen de ella el centro vital de sus intereses. Para que los
conquistadores que sólo tenían espíritu de
transeúntes y que anhelaban volver a la Metrópoli,
la política extorsionista de la Corona no les hizo mayor
mella. Pero por los avecindados la situación varió.
Lincoln Machado Ribas consideraba que un triple divorcio se
produjo entre los intereses metropolitanos y
americanos:
- Divorcio fiscal: La Corona conforme su
concepción mercantilista sólo ve en la colonia
un sitio de donde extraer las mayores ventajas
económicas. De allí que su voracidad fiscal no
tuviera límites. Documentos de
la época, como las Noticias
Secretas de Jorge Juan y Antonio Ulloa demuestran cómo
las exacciones fiscales habían creado un total
disentimiento entre la población colonial y la Corona. Y los
continuos levantamientos lo comprueban. El movimiento
de Chirinos en Coro demuestra, a través del expediente
levantado en el juicio, que las contribuciones que
recaían generalmente sobre la clase
más humilde, sobre todo la de la alcabala, tuvieron
mucho que ver en la expresión insurreccional. Divorcio
que en ningún momento fue atenuado por la corte.
Comprometida en una política exterior guerrerista,
teniendo que mantener un estado
burocrático y parasitario, fue acentuándose
cada vez más. Y el hecho de que en los planes de
Miranda, en las Ordenanzas de Gual y España, figuraban como puntos de su
programa la
total reforma fiscal, así como la política
seguida por la Junta Suprema de Caracas cuando
suplantó al Capitán General, evidencia que por
lo menos para las colonias americanas era realidad la frase
convencional francés que veía las causas
revolucionarias en el odio al impuesto.Además, el éxito económico de las medidas
económicas de Carlos III revela a los criollos
oligarcas sus vastas posibilidades. Imbuidos de la
filosofía librecambista aspirarán a mayores
privilegios. De allí que se constituyan en los
más fervientes partidarios de un nuevo orden
económico. Lincoln Machado Ribas lo enjuicia en forma
clara: "Los criollos pudientes, por su parte, tienen
más clara noción de la realidad
económica y mejor comprensión de sus
intereses". Cuanto más ascienden sus riquezas, cuanto
más oligárquica es su conducta
en la colonia, y cuanto más explotan a sus esclavos
negros, sus indios o peones, más se irritan por la
explotación de que son víctimas a su vez.
Necesitados de un orden enérgico que les garantice su
posición oligárquica, reclamarían la
liberación con respecto al explotador que los succiona
desde la península. Esta doble aspiración
explica la ideología dual, aparentemente
contradictoria, que inspirará los movimientos
revolucionarios desde 1808 hasta 1810, inclusive;
adhesión al rey para mantener el principio de autoridad
y orden; desconocimiento de la subordinación a las
autoridades españolas para liberarse de la servidumbre
económica"."La opresión fiscal, comercial e industrial
ejercida por los peninsulares movía a las clases de la
colonia el descontento y a desear un cambio en
el régimen. El único vínculo que las
ligaba aun al sistema
era la necesidad de orden y el temor a que un agudo colapso
comprometiese sus riquezas y privilegios, y esto tenía
su expresión en la fidelidad al rey. Pronto se
presentará la oportunidad que permita romper con las
autoridades metropolitanas sin hacer un acto positivo de
desobediencia al soberano". - Divorcio económico y comercial:
España concibió a sus colonias como centros al
servicio de
su economía, fundamentalmente de su comercio. El
Interés de la Corona se asocia al de los
comerciantes peninsulares. Un cerrado monopolio
limita los intereses económicos de los
hispanoamericanos. Monopolio de transportes de
mercaderías, de puertos, prohibición de
establecer determinadas industrias.
Únicos compradores de los productos
coloniales, los comerciantes españoles fijan el precio de
ellos y los hacen variar a voluntad. Además la estricta
prohibición de comerciar las colonias entre sí.
Esta situación se hizo más aguda en el siglo
XVIII cuando el progreso de las colonias las convierte en
centros exportadores de productos agrícolas y en grandes
mercados de
consumo. La
salida encontrada por los criollos fue el contrabando
que adquirió caracteres verdaderamente escandalosos, y
que fue indudablemente una necesidad colonial. Las medidas
tomadas por Carlos III llegaron cuando ya las colonias se las
habían tomado en forma ilegal, y sólo paliaron la
situación, ya que el comercio libre sólo
regía en relación con España y con las
Colonias entre sí, pero subsistían las
prohibiciones de comerciar con los extranjeros que
constituían los mejores clientes de los
productos agrícolas americanos. - Divorcio entre los criollos y españoles
avecindados y españoles en tránsito: Los
criollos y españoles radicados definitivamente en la
colonia tienen intereses totalmente distintos a los
españoles transeúntes y ven las más de las
veces en ellos competidores económicos y
políticos. El funcionario español, que se dedica al peculado, el
fraile que explota a los indígenas, el comerciante
usurero, el aventurero sin fortuna y sin nombre, son elementos
francamente indeseables para los establecidos. Generalmente se
hicieron peticiones para que no pasaran a las Indias algunos de
estos elementos. Generalmente se hicieron peticiones para que
no pasaran a las Indias algunos de estos elementos. Así
el virrey Neiva escribía al Rey en estos
términos: "Vuestra Majestad crea que es gran
inconveniente dar licencia para que pasen a India estos
hombres que no traen sino la capa al hombro y que no vienen
acá a otra cosa sino a jugar y a desasosegar el Reino,
porque aventuran a ganar y tienen poco que perder". Estos son
los que constituyen los "chapetones" y "gachupines" tan
aborrecidos en la colonia.
Oposición Política: Las
primitivas capitulaciones estipulaban que los conquistadores y
sus descendientes ejercerían el gobierno de las
regiones conquistadas. Así lo observa Bolívar en
su Carta de Jamaica.
Pero en la práctica no sucedió así. El Estado
español en franco camino hacia la centralización no respetó las
cláusulas con justo temor a que se produjera un
fenómeno político sitial al feudalismo
europeo. Y desde sus comienzos envió sus autoridades
directamente por la Corona y dichos cargos fueron
desempeñados con una evidente exclusión de los
criollos. A éstos se les dejó el predominio
municipal, generalmente obtenidos por compra, desde donde
defenderán en forma decidida sus intereses. El deseo
lógico de tomar parte en la dirección política de la colonia los
llevó a distanciarse de la Corona Española y los
ruidosos pleitos de los nobles criollos americanos con las
autoridades españolas no revelan en el fondo sino la pugna
por el poder. Esto
llevará a esas últimas a buscar apoyo en la clase
de los pardos y explicará en parte por qué fueron
hostiles en sus comienzos a un movimiento emancipador dirigido
por los oligarcas mantuanos. En Venezuela se
había tenido además una experiencia de gobierno por
parte de los criollos a raíz del testamento de Arias de
Villacinda. Es de observar que sólo en el aspecto
político existía desigualdad entre los criollos y
los españoles, ya que en lo económico, en lo
social, los mantuanos tienen las más de las veces en el
predominio. Las diferencias sociales se acentuaban
específicamente entre los blancos americanos y las clases
pardas e indias, ya que la negra estaba sometida a la esclavitud.
3.- Causas Sociales:
Pese a la desigualdad
social existente en la Colonia ésta no
constituyó previamente una bandera de los emancipadores.
Sólo a posterior, declarada ya la emancipación
política, fue cuando vino a manifestarse y a constituir
sobre todo en Venezuela el fondo mismo de la cruenta guerra
libertadora. La razón es obvia. El movimiento fue gestado
y dirigido por la nobleza criolla quien sólo tenía
como objetivos la
separación política para ejercer "la tiranía
doméstica", de la cual hablara Bolívar, y para
lograr la libertad
económica, clave de su descontento. La situación
social no fue en ningún momento objeto de sus
preocupaciones. Si lo incrustaron posteriormente en su
Declaración de Independencia
y en sus Constituciones fue con el objeto de lograr la
adhesión de las masas a sus propósitos
políticos y por la presión de
ideólogos de su propio grupo que
adhirieron fervientemente a los principios de la
Revolución
Francesa. El status económico que querían
variar los dirigentes de la Revolución
era el suyo propio con la Metrópoli, en modo alguno el
existente entre ellos y los demás grupos
sociales venezolanos. El descontento social al contrario fue
alentado por las autoridades españolas contra los
propósitos separatistas de los criollos mantuanos,
conforme lo hace constar el Conde de Tovar en
representación al Capitán General de Venezuela,
Casas. Y constituiría la clave de la hostilidad de los
pardos al movimiento libertador. En efecto, para éstos,
así como para los indios y los negros, eran los criollos
mantuanos sus auténticos explotadores. Y un movimiento de
emancipación sería contemplado por ellos como una
reacción contra la clase dominante en lo económico
y social. De allí que en el movimiento venezolano se note
aparente antinomia. Un movimiento de emancipación social
auspiciado por los españoles frente a un movimiento de
emancipación política y económica del cual
son corifeos los criollos americanos. Pero la realidad existente
no podía engendrarlo en forma diferente.
4.-
La Política Borbónica:
La política liberal de los Borbones
contribuyó a acelerar el proceso de
emancipación. Tres de sus medidas aplaudidas como muy
liberales, la expulsión de los jesuitas en
1767, la Ordenanza de Comercio libre de 1778 y la
cooperación con las colonias inglesas de América
en su guerra de Independencia, no dejaron de tener considerable
influencia en los sucesos posteriores.
Sin embargo, hay que convenir que la influencia de
los jesuitas ha tenido que ser meramente intelectual y sobre
una escasa minoría letrada. El hecho mismo de su
expulsión reviste más influencia, ya que con
ella la Corona española cercana uno de los baluartes
espirituales de su dominación en América. No
hay que olvidar los trastornos a los cuales dio lugar su
extrañamiento entre la masa popular.- Expulsión de los Jesuitas. Esta
orden fue desplazada de sus dominios espirituales y
económicos de América, va a tener en el orden
ideológico. A través de sus trabajos literarios,
científicos, políticos, difundirá el ideal
de libertad americana, A este respecto dice un comentarista:
"Bajo la forma exquisita de sus trabajos históricos,
científicos y literarios, palpita oculta la tendencia
hacia la libertad, en parte por haber sido arrojados de sus
respectivas patrias por un rey extranjero o porque la misma
evolución de las ideas los impulsó
a ello. Imperiosa y arrolladora". - Cooperación con los Estados
Unidos: La ayuda que la monarquía española prestó a
los insurgentes norteamericanos contra Inglaterra,
tiene su explicación en la política seguida por
España frente a esta nación, su eterna enemiga. Vio en ello
una oportunidad para asestar un golpe fuerte al imperio rival y
lo consiguió. Pero al lado de este triunfo internacional
no hay que desestimar la influencia que el triunfo de la
soberanía popular y de los principios
separatistas tuvo para quienes acariciaban una idea similar en
la América Hispana. - Comercio libre: La política
comercial seguida por Carlos III redundó en beneficio de
la Colonia y de la Metrópoli, pero su
implantación fue la comprobación de que era
necesario a los poderosos grupos agrarios
americanos la total libertad de comercio y hacia ella tendieron
en forma creciente. Además, según algunos
historiadores económicos, al establecer la libre
concurrencia de las colonias, desarticuló el vasto
sistema económico imperial y echó las bases de un
comercio competidor dentro de las propias colonias que
necesitaban mayores mercados.
5.-
La Revolución Norteamericana:
La Independencia de los Estados Unidos
constituyó, según algunos historiadores, causa
determinante del movimiento emancipador hispanoamericano. Hoy se
admite su influencia pero en un plano absolutamente secundario y
sobre una minoría selecta y liberal. Su influencia
más que ideológica puede señalarse desde el
punto de vista material, de la nueva nación,
que necesitaba abrirse mercados. Ello explica por qué
favorecieron las intentonas revolucionarias de los criollos, como
en el caso de la expedición de don Francisco de
Miranda.
6.-
Las Ideas Revolucionarias Francesas:
Hemos visto anteriormente cómo las ideas de los
enciclopedistas franceses contribuyeron a acelerar el proceso
ideológico no sólo en las colonias
hispanoamericanas, sino de la propia España. Pero de
allí que fue factor determinante en la emancipación
americana, como se ha pregonado, hay largo trecho.
Las ideas revolucionarias francesas penetraron en la
parte culta, que encontró en ellas la doctrina que
justificaba la separación tanto tiempo deseaba
y en forma vaga penetró hasta las propias clases sometidas
como en el caso de la insurrección de Coro. Pero no hay
que olvidar que la masa de la población americana estaba
bajo la influencia del clero y éste contribuyó a
desacreditar los principios revolucionarios dándoles un
matiz fuertemente ateo. Este descrédito fue tan profundo e
hizo tanta mella en el ánimo de los pueblos, que toda la
reacción española contra el movimiento emancipador
venezolano tuvo como fundamento el que se había entregado
el país a las ideas francesas y la velada oposición
que de parte de los soldados encontró Miranda, tiene su
raíz en su tradición revolucionaria francesa.
Así que puede admitirse hoy limitada esa influencia. Dio a
la parte culta que podía dirigir la revolución la
doctrina separatista, pero no penetró en las masas
infundándoseles plan
revolucionario. Y aun la misma doctrina no deja de ser discutida
por quienes sustentan que ella la fueron a buscar los
revolucionarios americanos en el viejo derecho castellano.
7.-
La Hostilidad de Inglaterra:
La formación del imperio colonial español
rompió el tradicional equilibrio
europeo sustentado y buscado por Inglaterra. Además,
ponía en manos de una nación rival recursos
económicos insospechados. De allí que, a
través de toda la vida colonial, Inglaterra haya buscado
por unos u otros medios el
quebrantamiento del imperio colonial español. Ya mediante
continuas guerras,
patentes de corso, alentando a los piratas, acogiendo y
subvencionando a los enemigos de España como los jesuitas
y aportando para expediciones armadas como la de Miranda. El
progreso de las colonias americanas, el haberse convertido en
codiciados mercados de producción y consumo, orientó toda
la política británica a alentar los movimientos
separatistas que traerían como consecuencia el libre comercio y
la mayoría de sus gobernadores antillanos tenían
instrucciones específicas al respecto. La pérdida
de Trinidad en 1737 constituye un rudo golpe para la
nación española. A la par que pierde una de sus
más ricas colonias, viene a constituir ésta un
centro de conspiraciones e intrigas contra su poderío
colonial. El gobernador Picton excita desde la isla a la
conspiración contra España y Miranda encuentra en
ella recursos suficientes para su segunda expedición en
1806.
Plan de Aranda: No faltó dentro de
los políticos españoles quien se diera cuenta del
desastre que se avecinaba. El Conde de Aranda en 1783, a
raíz del reconocimiento de la Independencia de los Estados
Unidos, expresaba sus temores ante este vecino que habiendo
nacido pigmeo podía convertirse en un coloso. Para
precaverse del peligro que podía entrañar para el
imperio proponía la constitución de tres monarquías
vasallas: México,
Perú y Tierra Firme,
con príncipes de la sangre, sujetas a
contribución y a colaboración militar. El Rey
tomaría el título de emperador, España
conservaría directamente Cuba y
Puerto
Rico.
Durante el reinado de Carlos IV se planeó un
proyecto
militar. Formación de cinco monarquías: una para
cada hijo del monarca, otra para su hermano, otra para su valido
Godoy y la quinta para su sobrino Pedro. Sometido el plan al
arzobispo de Tarragona fue objetado por éste.
Elaborado por:
Marco Guerrero
Tomado del libro Historia de
Venezuela
J. M. Siso Martínez
Sexta edición
Editorial "Yocoima" 1962
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